–Creía que
íbamos a bailar. ¿Para qué si no me has traído a esta fiesta? –Sharon niega
brevemente con la cabeza y sonríe–. Quieres protegerme de tus amigos, ¿verdad?
–No, qué va –responde
Collin.
–Sí. Temes que
se rían de mí. De mi manera de hablar.
Collin gira ligeramente
la cabeza para evitar su mirada y responde:
–No es eso. No
es verdad.
Sharon le coge
la barbilla entre dos dedos y lo acerca hacia ella.
–Ya sabes que si
no te veo los labios, no puedo entender lo que dices.
–He dicho que
eso no es verdad.
–No me importa
–Sharon sonríe y alarga de nuevo la mano para acariciar con la punta de los
dedos el flequillo moreno que le cae a Collin sobre la frente–. Me gusta mucho
estar contigo.
Él sonríe por
primera vez desde que llegaron al club y asiente.
–¿Quieres
bailar? –pregunta él.
–Sí, pero es que
no sé bailar.
–No pasa nada.
Yo tampoco bailo bien.
La coge de la
mano y se abren paso entre las demás parejas hasta llegar al centro de la sala.
Collin la agarra por la cintura y la acerca tímidamente hacia él. Cuando llevan
unos segundos bailando, Sharon le pregunta:
–¿Qué dice esta
canción? ¿Es bonita? ¿Es de amor?
–Yes you´re lovely –le susurra Collin la
canción mirándola a los ojos– with your
smile so warm and your cheeks so soft, there is nothing for me but to love you,
and the way you look tonight…
Sharon se pone
de puntillas y, justo antes de que sus labios rocen los de Collin, la música se
corta.
–Disculpen, por
favor –interrumpe una voz enchaquetada desde lo alto del escenario–, tengo que
anunciarles algo. Acaban de informarnos de que Inglaterra y Francia han
declarado la guerra a Alemania. Pero, por favor, sigan bailando y disfruten de
nuestra música. Ya les informaré cuando se sepa algo más. Gracias.
–Collin, ¿qué
pasa? No he podido leerle los labios desde aquí.
–Inglaterra y
Francia le han declarado la guerra a Alemania.
–Oh. Dentro de
poco también nosotros estaremos en guerra y, entonces, ¿qué será de nosotros?
–Es mejor no
pensar en eso.
Ella vuelve a
rodearle el cuello con los brazos, apoyando la cabeza sobre su pecho, y Collin
empieza a moverse de un lado a otro, al ritmo de la canción...